En este siglo destaca la aparición de los validos, nobles en
los que el Rey depositaba toda su confianza a la hora de gobernar el
reino. Un valido, el Conde-Duque de Olivares, envió a Quevedo al
convento de San Marcos de León como castigo pos burlarse de él.
También hubo muchos conflictos internos entre los que apoyaban una política de tendencia centralizadora y los que apoyaban una de tendencia descentralizadora. Además, una importante crisis económica contribuyó a destrozar el país.
La
sociedad española siguió marcada por los valores aristocráticos y
religiosos de la mentalidad colectiva del siglo anterior. Así, los
pensamientos de los nobles como el honor y la honra se
extendieron a todos los grupos sociales, haciendo que, excepto en
ciudades marítimas y mercantes, como Barcelona, no se pudiera hablar de
una burguesía. En este contexto histórico social se desenvolvió Quevedo.
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